En las entradas
anteriores de este blog hemos comprobado que el principio del corte libre se
disimula muy bien cuando se combina con otro principio matemático. Para
corroborar esta afirmación, vamos a insistir en el tema con un juego donde se
entremezcla este principio con el antiquísimo principio de “la matriz
transpuesta”, que está descrito en el
número 137 (abril de 2016) del rincón matemágico de Divulgamat.
El juego en
cuestión es el titulado Cross-25 como aparece en el primer volumen de la
fantástica obra “The collected Works of Alex Elmsley”.
En primer lugar,
retira dos cartas de la baraja pues solo se utilizarán 50 cartas. Por las
buenas o bajo cualquier pretexto entrega la mitad a cada uno de dos
espectadores para que lo mezcle.
Te vuelves de
espaldas y pides a cada espectador que deje su montón sobre la mesa, que corte
un pequeño grupo de cartas y que mire y recuerde la carta inferior del paquete
de su mano. A continuación, que coloque las cartas que tiene en su mano sobre
el montón de la mesa del otro espectador. Por último, que coloquen el paquete del
primer espectador, que llamaremos A, sobre el paquete del segundo espectador,
que llamaremos B, para recomponer la baraja.
Todo este proceso
ha servido para que las cartas de ambos espectadores estén separadas por 25
cartas, es decir, si una de ellas ocupa la posición 10, la otra está en la
posición 10+25=35. Además, la carta del espectador B está entre las 25 cartas
superiores y la del espectador A entre las 25 inferiores.
Te vuelves de cara
a los espectadores, recoges la baraja, realizas una mezcla falsa, que pueden
ser simples cortes, siempre que puedas estar seguro de que la carta elegida por
el espectador B está en la mitad superior y la elegida por el espectador A está
en la mitad inferior, y repartes cinco manos de cinco cartas cada una, como si
se tratara de una partida de póquer con cinco jugadores (entre las cartas
repartidas está la del espectador B pero no la del espectador A). Sigue
repartiendo el resto de las cartas, pero
esta vez en grupos de cinco, sin invertir su orden y colocándolas sobre los
montones ya formados.
Recoge el primer
montón, extiende las cartas y pregunta si alguien ve entre ellas su carta
elegida. Haz lo mismo con el resto de montones hasta que ambos espectadores
hayan visto sus cartas. Según los resultados, realiza las siguientes acciones:
-
Si el espectador B ha visto su
carta, coloca ese paquete en el bolsillo derecho, con las caras hacia adentro.
-
Si el espectador A ha visto su
carta, coloca ese paquete en el bolsillo izquierdo, con las caras hacia afuera.
-
Si ambos espectadores ven su carta
en el mismo paquete, coloca las cinco cartas superiores, sin invertir su orden,
en el bolsillo izquierdo, y las cinco cartas inferiores, sin invertir su orden,
en el bolsillo derecho
Para saber cuáles
son las cartas elegidas por ambos espectadores, debes tener en cuenta también
cuáles han sido los montones en los que se encontraban sus cartas. Además, hay
que recordar que la carta elegida por B estaba inicialmente en la parte
superior de la baraja, de modo que ha sido repartida en la primera fase y es
una de las cinco cartas inferiores del montón que se oculta en el bolsillo
derecho.
Por tanto, si el
espectador A ha visto su carta en el montón número N, la carta elegida por B
ocupa la posición N desde la cara entre las cartas del bolsillo derecho. Y, si
el espectador B ha visto su carta en el montón número M, la carta elegida por A
ocupa la posición M desde el dorso entre las cartas del bolsillo derecho.
Unas cuantos
ensayos ayudarán a familiarizarse con este proceso, que se aplica también en el
caso de que ambas cartas hayan caído en el mismo paquete.
Soy un entusiasta matemático y mago que le encantan este tipo de juegos y efectos mágicos, hacía tiempo no revisaba el Blog y vaya grata sorpresa la que me llevo viendo publicaciones de este año en la página principal!
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